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Roberto Ramos Perea

CALLANDO AMORES


De R RAMOS-PEREA

Del INSTITUTO ALEJANDRO TAPIA Y RIVERA

Uno de los varios excelentes trabajos del Maestro Director José “Pepe” Orraca fue el guión y dirección de mi película CALLANDO AMORES. Esta película representó para nuestra hermandad un lazo genuinamente profundo y sincero. Pepe Orraca no solo es un excelentísimo director de nuestro cine, sino que es un potentado guionista. Al recibir de mis manos el texto de mi obra de teatro CALLANDO AMORES acordamos un plan de trabajo que mantuviera ante todo la “puertorriqueñidad” de su narrativa.

Como siempre, obedientes del mandato creativo del trabajo en colectividad (a nosotros no nos ataca ese virus de protagonismo de algunos cineastas), acordamos alejarnos de esa ilusoria urgencia económica y de fama del cine gringo. Esta película la grabamos en 1996, cuando existía una fuerte influencia de Hollywood y eran hasta ridículas las bellxqueras por el Oscar en nuestro cine; pero junto a la primera película del Maestro Vicente Castro fuimos la vanguardia del Cine Digital en Puerto Rico. Decidimos conservar su esencia teatral, su intensidad de diálogos y explorar la interesante manera del cine psicológico.

Cada día de filmación Pepe me sorprendía con alguna nueva genialidad. ¿Y cómo decirle que no a la manera de un estudioso director como él, de abordar la creatividad?

CALLANDO AMORES fue una experiencia vital muy poco vista en nuestras pantallas, porque ofreció la necesaria coexistencia de la teatralidad con el cine “tradicional”. Al fin y al cabo, el teatro y el cine son Padre e Hijo. Una coexistencia totalmente apartada de lo que se espera sea ese cine aburrido de adrenalina con que los gringos han influenciado malamente todo el cine del mundo. Ahora recuerdo la fraternidad que nos dirigió en la necesidad de explorar esos nuevos caminos. Nunca me cansaré de repetir que Pepe ORRACA es mi HERMANO, no de sangre pero de alma, que importa casi tanto como lo primero.

Fuimos hechizados por la actuación de dos mujeres que vivieron su papel al máximo, la Primerísima actriz ESTHER MARI y su hija ANGELA MARI. Ambas dieron a la película una sangre poderosa, una psicología compleja y una agresividad interna estremecedora.

Pocos años después, se publica mi Manifiesto CINELIBRE, (https://issuu.com/iatr/docs/2008_cinelibre) donde dejé claro todo lo aprendido junto a Pepe en CALLANDO AMORES y en las varias películas que hice después. He escrito, dirigido, producido y actuado en más de una docena de películas nacionales, y siento como imperiosa obligación que nuestro cine explore nuestra idiosincrasia puertorriqueña y que deje ser un cine “wanabi” que busca que el cine gringo lo reconozca para sentirse grande. No. Los gringos nunca van a reconocer NADA que venga de su colonia, “llena de nxgrxs que no hablan inglés”

Basta ya de la colonización de nuestra creatividad.

NUESTRO CINE TIENE ANTE TODO QUE SER NUESTRO. Ya basta de que el público siga juzgando nuestras películas con los mismos criterios que se juzga Iron man, Batman o cualesquiera de esas miseriosas películas de violencia, sexo y CGI con que los gringos han explotado al mundo.

Nuestra Nación tiene mucho que decir de sí misma a través de su CINE. Vamos a respetarnos.

Decía el genio de Unamuno, que “MIENTRAS MÁS ERES DE TU PAÍS, MÁS ERES DE LOS PAÍSES TODOS”.

Los invito ver CALLANDO AMORES en la muestra de CINE NUESTRO que produce EDUARDO ROSADO con la sabia gente de CINEMOVIDA, en celebración de los 110 años de nuestro cine en Fine Arts de Miramar.

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