por R RAMOS-PEREA
Una inmensa pena por la partida de RICARDO ALEGRIA PONS, un intelectual y un escritor de primer orden. Amigo siempre de los Justo y de lo Digno. Colaborador incansable del proyecto de afirmación de la puertorriqueñidad.
Recordamos nuestras extensas charlas donde planificábamos defensa contra los constantes atropellos que se cometieron con la magna obra de su noble padre, mi Maestro RICARDO ALEGRIA, sobre todo aquellas relativas a la usurpación y degradación del sueño maravilloso que fue el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe donde ejercí Profesorado por invitación de Ricardo mismo.
Juntos lamentamos y lloramos que ese fundacional Centro haya terminado en la catástrofe educativa que es hoy, y a la que lo llevó aquel innombrable médico que despreció la obra del Padre de la cultura puertorriqueña moderna. Podría decir más de nuestros dolores compartidos con el querido hijo de mi Maestro Ricardo Alegría. Pero lamento mucho su partida porque aún tenia mucho que dar; mucha suma inteligencia en todas sus cualidades profesionales que fueron muchísimas y que sería prolijo recordarlas.
A RICARDO ALEGRIA PONS lo recuerdo solidario, nacionalista, puertorriqueño de luz y sangre, profundo escritor, talentoso alumno de mis clases de dramaturgia, conversador audaz y retante, intelectual fogoso que siempre entreveía el valor oculto de a quien el poder oculta.
Yo, como vociferante oculto de la cultura, solo recibía de él entusiasmo, el batón de la responsabilidad : "¡A tí te toca dar a respetar la obra del viejo!", me decía, y yo le contestaba, "nos toca a todos". Y sonreído me decía, "por eso eso estoy aquí contigo".
A su lado cargamos el féretro de su viejo en un pequeño tramo, porque el pueblo que cantaba llorando quiso hacer el tramo completo...
ALEGRÍA, difícil recordar al hijo sin recordar al Padre, pero imposible recordar al Padre sin hablar de su hijo.
A nombre mío y del Instituto Alejandro Tapia y Rivera que presido, nuestra más sentida condolencia a su familia y al país. Todos hemos perdido un excelente soldado y un solidario amigo.
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