Por R RAMOS-PEREA
Un día extraordinario me regaló la sonrisa de muchos niños, estudiantes de la Escuela Alejandro Tapia y Rivera de Villa Palmeras, que presenciaron la primera representación de la obra DON ASINO, cuento escrito por el Maestro Alejandro Tapia y Rivera en 1880. Obra para niños y estudiantes de grados primarios que presenta la Compañía Nacional de Teatro del Instituto Alejandro Tapia y Rivera.
Este proyecto nuestro es auspiciado por la Comisión Especial Conjunta de Fondos Legislativos PARA IMPACTO COMUNITARIO de la Legislatura de Puerto Rico y ciertamente pienso que hoy causó un muy buen IMPACTO COMUNITARIO. Estos jovencitos que ven en las fotos sabían muy poco de la vida y la obra del hombre cuyo nombre lleva su escuela.
Nuestro deber como intelectuales y creadores de la cultura, es sembrar en esas conciencias la historia de esos hombres y mujeres que dieron su vida y sus bienes para que hoy podamos sentirnos orgullosos de quienes somos como puertorriqueños.
El cuento de DON ASINO, que nos habla de un personaje que no está muy dispuesto a aprender por más que tiene buenos maestros y buenas oportunidades, pero se empeña en no querer leer, ni mucho menos pensar.
La historia de Tapia celebra el valor del pensamiento, del conocimiento, del aprendizaje. Traer este tema a un niño de 6 u 8 años, que está sujeto a todas las terribles invalidaciones del pensamiento que ofrece la TV, el CINE, la Música y la misma calle en la que viven, como quiera que lo veamos, es un avance.
Uno solo niño que haya entendido el mensaje de la obra ya es una pequeñita revolución del pensar y de querer cambiar las cosas. Y nos llena de alegría que la sonrisa no fue de uno solo, sino de muchos, y de muchos maestros agradecidos también. No le costó nada a la escuela. Y lo seguiremos haciendo mientras el gobierno cumpla con su deber de promover cultura a través de la educación y vice versa.
Y en el Instituto Tapia nos sentimos agradecidos de recibir esta ayuda, porque la cultura es un derecho de los pueblos y no un privilegio de ricos, ni capital para empresarios.
Hoy mi maestro Tapia se debe sentir muy satisfecho. Su nombre, su obra, su vida, tuvo sentido para una pequeña conciencia de 8 años.
Es lo que él siempre llamaba “la gloria de los buenos”.
****
En las fotos, los inteligentes niños de la Escuela Alejandro Tapia y Rivera, y los actores y aprendices de la Compañía Nacional de Teatro del Instituto Alejandro Tapia y Rivera Israel Solla Rivera, Luis Javier López, Arelis Guadalupe, Esteban CalderonEsteban Calderón, Carlos E Piñero Flores, Anahí Rodríguez y la producción de Nelson Alvarado Jimenez y Melissa Reyes con las asistencias de los actores Hugo Sebastian en la música y Adriana Isabel Rivera.
Comments