𝑅𝐸𝑆𝐸𝑁̃𝐴: 𝐿𝐴 𝑉𝐸𝑅𝐷𝐴𝐷𝐸𝑅𝐴 𝐻𝐼𝑆𝑇𝑂𝑅𝐼𝐴 𝐷𝐸𝐿 𝑇𝐸𝐴𝑇𝑅𝑂 𝐷𝐸𝐿 60 𝐷𝑜𝑐𝑢𝑚𝑒𝑛𝑡𝑎𝑙 𝐻𝑖𝑠𝑡𝑜́𝑟𝑖𝑐𝑜 𝑑𝑒 𝐼𝑑𝑎𝑙𝑖𝑎 𝑃𝑒́𝑟𝑒𝑧 𝐺𝑎𝑟𝑎𝑦 𝑦 𝑉𝑖𝑐𝑒𝑛𝑡𝑒 𝐽𝑢𝑎𝑟𝑏𝑒.
- Roberto Ramos Perea
- 12 abr
- 3 Min. de lectura
Por R.Ramos-Perea
Tuve la oportunidad de presenciar las primeras dos partes del documental titulado La verdadera historia del Teatro del 60, que comprende las décadas del 60 y 70 de la vida y avatares de una de las más poderosas y admirables compañías teatrales puertorriqueñas del siglo XX.
En una breve reseña es imposible ser amplio en el análisis y descripción de los infinitos méritos de este documental. Pero podemos comenzar diciendo que no hemos visto ni conocido, en lo que a documentalismo se refiere en el cine puertorriqueño, un trabajo más completo, certero, extraordinariamente ejecutado en su lenguaje visual y tan pertinente a la historia cultural, como el que el binomio Idalia Pérez Garay y Vicente Juarbe han ofrecido a la nación. Repaso en mi mente los muchos documentales que guardamos en el Instituto Tapia y los que he visto a lo largo de mi vida, y no logro encontrar otro que motive mi criterio de comparación.
En primer lugar, su veracidad histórica, que complementa con el amplio panorama de hechos que discute, tanto en su narrativa central como en su contextualización, sobre lo que ha sido el desarrollo del teatro puertorriqueño desde los años 60 en adelante.
En segundo lugar, la humanidad al expresarlo. La empática y sensible manera de tocar el teatro como un sujeto social que nace de una expresión emocional y política que, como hija de una creatividad sin límite, confronta la dura realidad con un corazón destilado de recuerdos. Las secuencias de la visita del grupo a las ruinas del teatro nos conmocionó mucho; será porque también estuvimos allí con ellos y fuimos parte de aquellas escaleras, camerinos, escenario que pisamos tantas veces y nos ensordecen los recuerdos. Hasta las imágenes del gran “Tito Fortuna”, nos produjo un relámpago de nostalgia.
En tercer lugar, su ejecución como lenguaje cinematográfico, el acomodo de sus fuentes visuales, la narrativa que nos lleva de manera cronológica, a acceder la totalidad de lo que fue la vida de un grupo teatral que representó las más profundas ansias, contradicciones y pasiones del siglo XX. Ese derroche de imágenes es un verdadero deleite.
Discutir los detalles históricos requeriría un espacio que las redes sociales no permiten. Pero sí apuntamos la pertinencia de sus aportaciones, no solo como documentación, sino como afirmación de un continuo proceso de búsqueda y encuentro de una personalidad propia que complementa la nación de muchas maneras.
Y de cómo este grupo, encabezado por Pérez Garay, José Félix Gómez, Rey Pascual, Belén Ríos, Rafael Cruzado, Pedro Juan Texidor, Noelia Crespo, Flor Joglar, y muchos otros —algunos ya ausentes— pudo construir un espacio de vinculación urgente con las expresiones teatrales del mundo. Esa importancia no tiene competencia. Y este documental nos recuerda que el teatro y sus dramaturgos siempre serán la voz más legítima de un pueblo, porque ella incluye desde lo glorioso a lo reprochable. El teatro seguirá siendo siempre un espejo de la vida, una forma de entendernos, de contradecirnos y reivindicarnos.
La primera parte del documental, que incluye los años 60, nos habla de las primeras producciones afiliadas a las corrientes mundiales, y de cómo el deseo de contribuir a la discusión de la nación llevó a Teatro del 60 a formar su propio estilo. La década del 70, por su parte, introduce nuevos elementos con los que fortaleció su propuesta creativa. Los breves y amenos comentarios de sus fundadores, de sus dramaturgos y directores, nos traslada a ese espacio de sensibilidad y de humanismo que ciertamente promete mucho más.
Estamos a la expectativa de la década del 80, la más controvertible de todas, porque en ella se cometió una de las peores y perversas injusticias históricas contra la cultura que se ha dado en nuestra historia: la apropiación de la autoría de la obra “La verdadera historia de Pedro Navaja”, que siempre fue un TRABAJO COLECTIVO de TEATRO DEL SESENTA y cómo terminó siendo usurpada de maneras traperas y descaradas por uno de sus autores, cuyo nombre no vale ni la pena recordar. El recuerdo de esa década hará justicia a las inmensas aportaciones de esta compañía y esperamos ansiosos por ella. La década del 90, que también está en preproducción, consolidará todos esos logros y esfuerzos realizados por este magnífico grupo que definió el arte teatral de la nación.
Queda mucho por decir de esta obra de Pérez Garay y Juarbe. Habrá que hacer una crítica más elaborada, que valore con amplios criterios cada uno de los muchos aspectos que este documental propone. Por lo pronto, esta breve reseña desea dejar manifiesta nuestra profunda admiración y nuestra gratitud por esta formidable y portentosa muestra cultural de nuestro más genuino ser puertorriqueño.
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