Por R. Ramos-Perea
El joven actor y compositor UGOH y este dramaturgo que les escribe, fuimos invitados al “Listening Party” del nuevo álbum del colega dramaturgo puertorriqueño Lin-Manuel Miranda.
Ante un reducido público constituido por reconocidísimos profesionales del mundo de la música y del teatro, escuchamos durante 80 minutos las 26 canciones del nuevo musical “Warriors” con textos y música del propio Lin Manuel.
Este trabajo discográfico según palabras de Luis Miranda, señor padre de nuestro colega, tiene la esperanza de que alcance tanto o más éxito que su “Hamilton”. Miranda explicó cómo se invirtió el proceso creativo realizado en “Hamilton”, en la que se compuso la obra musical y luego se dio promoción a las canciones. Con “Warriors” se lanzará primero el álbum con las 26 canciones y el musical vendrá después. Así que se espera que las canciones por sí solas cautiven a sus oyentes y se animen a imaginar los visuales de la obra.
Pensamos que este procedimiento puede ser muy acertado, pero no descontamos el hecho de que gran parte del éxito de “Hamilton” se debe precisamente a las imágenes creadas en el musical. Los procesos creativos no están escritos en piedra, y cada obra trae su propia receta bajo el brazo. Estamos ante jóvenes generaciones en extremo visuales, a quienes les resulta más simpático “ver” que escuchar. Pero el resultado de este nuevo acercamiento es impredecible, puede ser tanto fallido como un rotundo éxito que lleve a la gente a cantar las canciones desde que ya hagan fila en el teatro como pasaba con el italiano Verdi.
En ese mismo tono Lin Manuel habló con el público contando cómo la historia de esta película norteamericana que estrenó en 1979 marcó sus intenciones creativas desde muy niño. Esta historia trata sobre las pandillas neoyorquinas en la que una de ellas, culpada de un asesinato, tiene que atravesar todo Nueva York en las líneas del metro para encontrarse en una gran pelea en Coney Island.
Recuerdo perfectamente esta película -ya no era un niño como lo fue el colega cuando la vio- y a mí resultó bastante arquetípica, una más entre los cientos de películas de pandillas que se filmaron en el Nueva York de los 50, 60, 70 y 80 entre ellas Cry Tough, West Side Story, Cross and the switchblade, Mean Streets, Almas del infierno, Way Out, y hasta Saturday Night Fever. “Warriors” sin embargo estaba basada en una historia de la antigua Grecia que ahora no recuerdo bien.
“Warriors” tenía un predecible final y sus héroes carecían de atributos redimibles. Lin-Manuel con su texto dramático aspira voltear esa percepción y convertir la trama en algo significativo para los nuevos tiempos. No tenemos duda de que el colega Miranda puede hacerlo, como ya lo ha hecho en dos ocasiones anteriores. La música de este álbum es muy sugestiva. Es en extremo dramática y posee uno de los grandes atributos de la música contemporánea que bien manejado siempre resulta en un estupendo producto y es la fusión de diferentes ritmos.
Incluso en una misma canción dispara sin anestesia dos ritmos opuestos con igual dinamismo. La música es progresiva, pegajosa, sugestiva y extremadamente acompasada, con ritmos -que según me alecciona Ugoh, a quien le fascinó lo que escuchaba,- van desde el natural hip-hop, el reage, el reggaeton, el trap y por supuesto tiene hasta heavy metal del duro. No podemos revelar ninguna de las canciones ni tampoco su contenido por petición de Miranda hasta el 18 de octubre.
No debemos ser condescendiente con los asuntos de la identidad que proyectan los nuevos musicales en New York y cómo la cultura de la cancelación obliga a los dramaturgos a encadenarse a determinadas temáticas que tienen por obligación que resultar simpáticas para todos sus consumidores, pero pude escuchar en las letras de este nuevo musical de Lin Manuel que sí hay una amplia participación de muchas identidades. En ella encontramos boricuas, negros, asiáticos y hasta blanquitos.
Los asuntos identitarios son fundamentales en Puerto Rico porque definen, lanzan límites de respeto y de inclusión que han sido violentados y explotados por décadas de un colonialismo vergonzoso. También lo son para nuestros hermanos allá, pero ellos tienen que hacer ajustes y negociaciones. Se comprende.
Estamos confiados de que esos asuntos estarán presentes en esta nueva versión musical adaptada a nuestra época de esta película que fue un hito en la cinematografía popular estadounidense. No dudamos que el colega dramaturgo puertorriqueño Lin-Manuel Miranda tiene el talento para llevarla a cabo y por ello le deseamos el mejor de los éxitos en ese empeño.
Comments