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MI OTRA FAMILIA


Por R RAMOS-PEREA


Muy poca gente sabe que una COMPAÑÍA DE TEATRO es una familia. La otra familia de un dramaturgo.


El entendido común es que el teatro lo produce alguien con mucho dinero, que va por ahí contratando artistas, pagando miles por vestuarios o escenografías fastuosas. Desde el mismo Siglo de Oro se dispersó la idea del empresario teatral, que busca recursos para que su espectáculo sea exitoso y que la diva o el divo atraiga el mayor público posible que traerá a su vez ganancia$, y si este actor tiene líos, escándalos o aventuras, mucho mejor.


Para el empresario el arte es negocio, dinero, fama y adulación. Para una Compañía, el arte es ARTE.


Aunque en Puerto Rico hay cientos de empresarios, existen compañías que mantienen la misma gente -sin exclusividad, por supuesto- y estos actores o técnicos de éstas trabajan por el sueldo si hay, y si no, pues no se cobra y se beben el vino de utilería.


En las compañías, si la obra del dramaturgo es exitosa, sus actores también lo son.


Para muchos empresarios la obra es lo menos importante, después que haga dinero se monta cualquier cosa.


La Compañía es una familia: se ama, se pelea, duermen juntos, salen juntos, se casan o se juntan entre ellos, tienen hijos y cónyuges comunes, se conocen sus secretos y sus problemas, se ayudan, se comparten las obligaciones por igual, nadie dice que "no hace" esto o aquello, sino que todos hacen lo que falte hacer.


Algunos actúan en esta, y otros en la otra, pero nadie se queja de no actuar. Al contrario, si no estoy actuando en esta, déjame asistir al director, o quiero hacer vestuario, etc. A veces se invitan actores de otras compañías y las familias se extienden. La cosa es estar unidos por dos sencillas razones: nos caemos bien y queremos pasarla bien.


Y por esto la enajenante seriedad del dinero pasa a un segundo plano. Lo que importa es lo que queda después de la obra: que son más amigos que antes. Ser parte de una Compañía de Teatro, es tener una familia. Por eso cuando alguien me pregunta: "¿Por qué siempre usas a la misma gente en tus obras?" (como si hacer arte con "la misma gente" fuera un desprestigio), ¡Pues porque son mi familia!


Prefiero un millón de veces un actor de mi Compañía que sea familia, a contratar a un "actor extraordinario" que me va a joder la vida con su vanidad, sus histerias y divismos por dos meses de ensayo. (¡He tenido varios en esa nefasta lista!) Las obras en las que todos solo esperan por cobrar su cheque son insoportables, y eso se nota en el escenario.


El espíritu de Compañía se ve en la sonrisa tierna y no la risotada histriónica, en la gratificación de hacer un texto dramático que importa y no en la queja por el tamaño de la letra de un nombre en un cartel...


Se da en el junte de emociones y voluntades siempre a favor del amor. ¡Y no hay nada más urgente que pasar a otros lo que uno ha aprendido! ¡No hay mejor herencia que el amor que se da en el abrazo borrachito de los actores a las tres de la mañana después de un día largo de montar, ensayar y estrenar. Sobre todo, cuando todos se van a sus casas, y alguien siempre llama y pregunta si llegaron todos bien...


Por eso son familia. Por eso son Compañía.


***

En la foto lmiembros, aprendices, técnicos y actores invitados de la COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO del Instituto Alejandro Tapia y Rivera que estrena MORIR DE NOCHE este viernes 6 de septiembre (y por dos fines de semana) en el Teatro V. Espinosa de Santurce. Viernes y sábados 8:00 pm y domingos 4:00 pm. Entrada libre. No hay que reservar. Orden de llegada. No apta para menores.

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