NUEVA
Por R Ramos- Perea
Quisiera hablar del estreno de mi obra “Tuya siempre, Julita” en Nueva York, pero la ética profesional del dramaturgo me impide ese contento.
Solo dejaré escapar la titánica fuerza actoral de nuestra Belange Rodríguez como Julita y la magnificente amargura de Cheo Oliveras como Lloréns Torres. Amneris Morales e Ivan Goris, mis respetos más acendrados y hondos por esta hazaña.
Ya a mi regreso escribiré un reflexivo ensayo sobre el teatro puertorriqueño en Nueva York, como lo he visto y he conocido en este instante.
Este ha sido un viaje de trabajo para mi pues uno de nuestros propósitos como Instituto Alejandro Tapia y Rivera es observar y llevar memoria de nuestro teatro y su diáspora y eso solo se consigue hablando con nuestros hermanos que dia a dia logran la épica hazaña de llevar a escena un teatro “latino” que hable de quiénes son dentro de este infierno teatral que es Nueva York. Esos interés cambian, adelantan o atrasan la afirmación de la identidad nacional o la disuelven en una desigual competencia con un teatro gringo caníbal, según van atravesando la cruda realidad de sus carencias.
Ya me he reunido y conversado largamente con dramaturgos, actores, productores y diseñadores. Igual lo hago con frecuencia con excelsos dramaturgos hermanos como Carmen Rivera y Candido Tirado. Y mi constante abrazo fraternal con Angel Gil, de la Alianza de Teatros Hispanos de NY y director del Teatro Thalia, donde estrenó mi obra “Nosotras lo hacemos mejor” con Soledad López y Merel Juliá. Artistas que viven el día a a día de hacer teatro aquí.
Mis últimas reflexiones sobre estos lazos de sangre las hice en el año 2009 cuando me reuní con toda la plana mayor de la dramaturgia nuyorican y puertorriqueña de NY poco antes de que Miriam Colón estrenara mi obra “Malasangre” en el PRTC.
Adelanto que las cosas han cambiado mucho. Y así de mucho me sigue importando y me consume el deber de saberlo y pensarlo.
Estoy en Nueva York, Puerto Rico. Aquí también está mi Patria.
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