Por R RAMOS-PEREA
Cada día que se acerca el estreno de la producción de la Compañía Nacional de Teatro de mi obra “Por Maricón: El proceso por sodomía contra Francisco Sabat y José Colombo en San Juan de Puerto Rico en 1843”, reflexionó en ese proceso a veces infranqueable que es llevar a escena una obra puertorriqueña.
El teatro nacional se encuentra en uno de sus mejores momentos. La cantidad de producciones en escena abruma y obliga a ser selectivo.
Hay quienes van al teatro por entretenimiento y quienes vamos por razones existenciales, artísticas y hasta un poco aburridas como lo es ir al teatro a encontrar algo del sentido de la vida.
Yo cuando puedo, solo veo el teatro escrito por mis colegas. No patrocino el teatro que es extensión de una TV que nunca veo, o el de los “influencers” con ínfulas de actores. Hay un teatro que honestamente no vale la pena ver, por insulso y encima caro. Pero ese soy yo, y yo me equivoco constantemente.
Tal vez ese teatro tan patético termine siendo el “nuevo teatro puertorriqueño” y tenga eventualmente que dedicarme a otra cosa.
Pero nunca rendiré mi creencia de que el teatro es un asunto de identidad.
Por eso decidí hacerlo de gratis y que la Compañía Nacional de Teatro, si logra el favor de ayudas públicas y privadas, ofrezca cultura sin que al pueblo LE CUESTE.
No me canso de repetir -hasta que lo aprendamos- la cultura es un derecho de los pueblos, no un privilegio del que tenga dinero para pagarla.
Los que no tienen ayudas, que cobren por lo suyo. Claro, será un acto de responsabilidad artística el no andar vendiendo como “cultura” la primera basura que se les ocurra solo porque “de algo hay que vivir”.
Me resulta ofensivo que alguien me critique porque la Compañía Nacional de Teatro NO cobre por sus obras.
Pues sepan que NO COBRAMOS porque queremos que el pueblo apoye un teatro que importa verlo, que va a decirle algo a su conciencia o a su alma.
“Por Maricón-1843”, que será entrada libre, es una obra histórica. No esta basada, no es un invento. ES una obra que presenta uno de los momentos mas crueles de la tiranía española que vivimos y cómo lo superamos.
No nos debe costar el aprender quienes somos o lo que hemos sido, porque ya nos cuesta bastante caro el olvidarlo.
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